jueves, 26 de abril de 2012

Una nueva era política. El Derecho Ciudadano.


Estoy convencido -luego de casi cuarenta años de estar interesado en la política y en los movimientos sociales  o, en algunas épocas, participar en la acción pública- de que nos adentramos en una nueva era política. Fueron primero algunos síntomas, como que 18 gobiernos latinoamericanos no terminaran su mandato por revueltas asamblearias  de ciudadanos. O que las investigaciones -en especial periodísticas- dejaran al descubierto una corrupción sistémica del sistema político y económico de los países. El Watergate en EEUU, o la destitución de Collor de melo en Brasil, o, sin ir tan lejos, la pueblada que terminó con el gobierno de la Alianza en la Argentina eran algunos síntomas. Pero las revueltas ciudadanas de grandes sectores de la población cansadas de autoritarismo, depilfarro y corrupción que se vieron en tiempos recientes ya no son un síntoma, son la evidencia de lo que intentaremos defender en este blog: el Poder de Veto de la ciudadanía, el Derecho del Ciudadano de participar en toda decisión del Poder Público que lo afecte. A él o a su familia.



Aquellos síntomas son ya un síndrome (conjunto de síntomas que evidencian una anomalía). 



Internet fue el precipitador. La Red demostró que se podía informar y hacer participar a los ciudadanos (si el poder político o público lo quería). La convocatoria a movilizaciones,  el voto electrónico, el presupuesto participativo de la comunidad en la asignación de gastos y recursos o hasta el simple llamado a licitación para un alumbrado público podían ser controlados por el ciudadano desde su casa. 

Se acabaron los cotos privados de las oligarquías partidarias o de las corporaciones de poder. La revuelta en los países árabes: Egipto, Libia, (incluso en dictaduras como la de Irán) o los movimientos de los "indignados" en España y otros países europeos  merece que muchos de los autollamados politólogos o comentaristas políticos se detengan en el análisis. Aún pueblos pauperizados, sometidos por décadas por sátrapas, nos están dando, creo, el siguiente mensaje:
-Se ejercerá de pleno derecho la "petición ante las autoridades" que estaba escrita en casi todas las normas constitucionales pero que nadie cumplía.
-Los pueblos no soportarán mucho tiempo en el poder a nadie. 
-No soportarán que no se los consulte permanentemente en temas que le conciernen. 
-No soportarán que se haga (en su nombre) todo tipo de negocios particulares con dinero público.
-El Referéndum, el Plebiscito o la Consulta Popular deberán estar  en casi todas las legislaciones del mundo. Y se deberá facilitar su ejercicio.
Tomen nota los dirigentes económicos, sociales y en especial políticos. Probablemente estemos asistiendo al nacimiento de una nueva forma de gestionar lo público. Se viene lo que en este blog intentaremos desarrollar: el Derecho Ciudadano a participar en la cosa pública, sin tantas intermediaciones ni intérpretes. 
La deuda externa argentina es otro caso paradigmático. ¿Qué derecho tienen los dirigentes ocasionales  de un país a endeudar a dos o tres generaciones de ciudadanos con la enorme deuda externa que dejan? Y no sólo Argentina. España tiene también una enorme deuda de las comunidades regionales. O, por caso, la crisis financiera mundial que ha dejado el tendal de víctimas. Sobre todo entre los trabajadores y la clase media. Llegó la hora en que el ciudadano debe decir: ¡Basta! Nada sin mi consentimiento.
Traigo en este blog  libros y estudios de muchos pensadores que han abierto camino en este tema  y que espero que el lector los disfrute y aproveche.

1 comentario:

  1. Una nueva era política. "El derecho ciudadano".
    Excelente¡ nota!. Felicitaciones a su autor. Es un postulado que suena sincero, noble y honesto. Bastante objetivo.
    - Cuando se advierte en un escrito que incluye evaluaciones y des-calificaciones a otros, delatando un determinado tipo de estado emocional, sin control, el lector que piensa y advierte que no es objetivo, tiende a no leerlo por carecer precisamente de la OBJETIVIDAD que debe reunir un texto para merecer respeto y aceptación.
    Claro que es deseable, observando el comportamiento humano, que para que este postulado no quede como una simple expresión de deseos de un soñador, antes, se debería trabajar en dirección a "elevar los niveles de conciencia y responsabilidad de cada ser humano en la sociedad".
    Independientemente de las ideas políticas, religiosas o de cualquier clase que cada uno tenga, el individuo debe asumir mayor responsabilidad como ciudadano y comprender que la propia supervivencia y el futuro de los hijos y sus simbiontes dependen de lo que uno esté haciendo o no haciendo en el presente. Es mi convicción de que . "NO HAY NADA QUE UN HOMBRE HAYA HECHO QUE OTRO HOMBRE NO SEA CAPAZ DE DES-HACERLO".

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