Perez Reverte
M. Vargas Llosa El país, 23 de junio de 2002 "Cuidado con Elizabeth Costello”
La literatura no nació para estimular el vicio ni la virtud (aunque ambas cosas sin duda también resultan de ella, pero de una manera infinitamente diversa e incontrolable), sino para dar a los seres humanos aquello que la vida real es incapaz de darles, para hacerlos vivir más vidas de las que tienen y de manera más intensa de la que viven, algo que su imaginación y sus deseos les exigen y la vida real, la vida confinada y mediocre de sus existencias reales, les niega cada día. La literatura no hace felices ni más buenos, ni más malos, a los lectores. Los hace más lúcidos, más conscientes de lo que tienen y de lo que les falta para colmar sus sueños, y por lo mismo más insumisos contra su propia condición, más desconfiados frente a los poderes espirituales y materiales que ofrecen recetas definitivas para alcanzar la dicha, y más inquietos y fantaseadores, menos aptos para ser manipulados y domesticados. Es verdad que en los grandes momentos de hechizo en que los sumen las obras literarias logradas, sus vidas se enriquecen extraordinariamente y que aquellas les deparan una exaltación que es dicha, goce supremo. Pero, luego, cuando el hechizo se cierra con las páginas del libro, lo que la literatura depara es una brutal comprobación: que la vida real, la vida vivible, es infinitamente más mediocre y pobre que la vida soñada de la literatura.
La literatura es una forma de ausencia.La soledad que requiere es una especie de marginación voluntaria. La literatura es la única que puede escribir la contrahistoria. La literatura no juzga. Simplemente restituye los pliegues y las zonas no iluminadas de la historia, que se dedica a los grandes acontecimientos (V. Consolo).
Juan José Millás: El País, 11/10/02.
Nosotros estamos hechos de palabras. Cuando nacemos, alguien toma en sus brazos ese trozo de carne fresca y comienza a amasarlo con palabras. Somos niños o niñas, altos o bajos, feos o guapos, porque nos cuecen en una salsa de adjetivos, pronombres, verbos, adverbios y preposiciones. El corazón mata, pero las palabras también. Vamos al cardiólogo cuando nos duele el corazón, pero no se nos ocurre acudir al gramático cuando nos duele la vida. Es cierto: a veces no eres capaz de sacar adelante el proyecto que tenías de ti y te sale un individuo detestable. Pero si dispones de los recursos verbales necesarios para darte cuenta, quizá puedas rectificar. Me pregunto si no nos habremos convertido en las sociedades y en las naciones y en los países equivocados. Y si todavía estamos a tiempo de construir una frase tan sencilla, pero tan eficaz, como la de esa novela: érase un mundo (aquí léase país, y sígase leyendo Argentina n. del a., o sea yo) que descubrió que se había convertido en un mundo equivocado. Hay que hacer un pequeño esfuerzo sintáctico pero vale la pena. Viva la gramática. (El país, 11/10/02).
-(Ramón Pernás)La literatura está en retroceso. Los libros en
alza. Cada libro nuevo es un test con las ilusiones del primerizo. Guardo una
relación de vida íntima con la literatura.
No podría vivir sin la literatura: como escritor y como lector. En el fondo creo que escribo porque soy
un buen lector. He crecido, me he formado, he vivido y sigo viviendo dentro de
una cultura libresca.
-(Mempo Giardinelli). Pienso que toda buena vocación literaria se origina, inexorablemente, en la lectura. Es la lectura la que moldea al escritor. No creo que nadie decida ser escritor. Uno ama la literatura y acaso un buen día descubre que también escribe.
-Escritor es el que se para a pensar el adjetivo (Francisco Umbral)
-(Rilke - Cartas a un
joven poeta). Una obra de arte es buena cuando brota de la necesidad. Por
eso mi distinguido amigo, no sabría darle más consejos que éste: entrar en sí
mismo y examinar las profundidades de que brota su vida: en ese manantial
encontrará usted la respuesta a la pregunta de si debe crear.
-No se escribe en medio de un gran dolor, sino con el recuerdo de un gran dolor (Enrique Santos Discépolo).
-Así como dijo Unamuno que el lenguaje es la sangre del
espíritu, la tinta roja es la representación de esta sangre (Ramón escribía con
tinta roja)- Respondo de ese modo a la máxima de Nietzsche según la cual es
escritor aquel que escribe con su sangre” (GOMEZ DE LA SERNA )
La materia para el escritor es la memoria, no hay otra.
Pero la memoria en vigilia, despierto.
(Idem).-(Ray Bradbury- Zen en el arte de escribir) Un artista de cualquier campo para trabajar creativamente tiene que poner la carne y disfrutarlo como una diversión o una fascinante aventura.
No como esos obreros de la industria pesada en que se
han convertido los escritores
profesionales (B.Berenson-historiador
del arte).
-Debemos huir de
muchas cosas, de casi todo. No sólo de la opresión, sino de los
convencionalismos. Del consumo. De la moda. De la simplificación. De las masas.
Del otro. Escribir es un acto desafiante. Una huída de lo que empobrece y
empequeñece al ser humano. Hay que huir de todo menos de uno mismo aunque el
caos reine en nuestro interior (Gao
Xinjian -Nobel de literatura).
-Bioy Casares: Me
atrevo a dar el consejo de escribir porque es agregar un cuarto a la casa de la
vida. Está la vida y está pensar sobre la vida, que es otra manera de
recorrerla intensamente. Escribir es un intento de pensar con
precisión. Lo que me mueve a escribir es el placer de las
historias. Es algo que va más allá de la técnica, es algo que tenemos en común
con los muchachos que entraban en los cafés de El Cairo y contaban historias
que hoy llamamos Las Mil y Una Noches.
El consejo a
alguien que empieza a escribir es que lean mucho, que traten de leer buenos libros, que no se crean
infalibles, etc.Escribir se parece a cocinar. Poner los ingredientes en la cantidad suficiente. Hay tanta gente que escribe para lucirse. Yo empecé así y fracasé hasta el día que olvidé todos esas pretensiones. Cuando escriban no olviden que todo libro es una máquina compuesta de papel impreso y de un lector.
La escritura es para describir en el tiempo y la pintura en el espacio. En los procesos de escribir y corregir se ordena el pensamiento.
Ernesto Sábato - El
escritor y sus fantasmas
En toda gran novela, en toda
gran tragedia, hay una cosmovisión inmanente. Así, Camus, con razón,
puede afirmar que los novelistas como Balzac, Sade, Melville, Stendhal, Dostoievsky, Proust, Malraux, y Kafka son novelistas filósofos. En cualquiera de esos creadores capitales hay una visión del mundo, una intuición del mundo (E.Sábato - El escritor y sus fantasmas)
Aturo
Pérez-Reverte – El compromiso de narrar- El país 26/9/2004.
-Si la literatura, el acto de escribir, es también un acto
de seducción del lector, resulta que, a veces, la incapacidad de seducir
escribiendo crea escritores no literarios, sino sociales. A menudo, el presunto
compromiso sirve para camuflar la ausencia de talento. Obsérvenlos. Están ahí,
en la tele, en los periódicos, en la radio, en las mesas redondas, en los
congresos sobre literatura o sobre lo
que se tercie. Opinando de todo. El paisaje rebosa de escritores comprometidos
de los que nadie ha leído una línea. Y a veces porque ni siquiera han escrito
una línea.
Las disposiciones
ortográficas no se inventaron para que el hombre escribiera correctamente,
sino para que pudieran existir los errores de ortografía. Sin ellos, escribir
no implicaría ningún sobresalto. Pero si a pesar de todo ha de reformarse la
ortografía, no aparece lo más indicado hacerle modificaciones y supresiones a
la actual. Eso sería crear una serie de reglas nuevas que contribuirían a
confundir tanto a quienes ignoramos las actuales, como a esos seres extraños,
un tanto interplanetarios que dicen conocerlas. Lo que se necesita es la
anarquía. Que cada escritor disponga del
inusitado privilegio de ser leal a sus corazonadas. Eso sería autorizar al
hombre para que regrese legalmente a la infancia. (G.García Marquez – El Heraldo, Barranquilla 9/52).
-La ironía
requiere de una especial disposición de ánimo en que se unen la tolerancia, el
humor, el desengaño, la paciencia y la malicia.
Es propia de las civilizaciones antiguas que han visto pasar muchas
cosas, que han visto caer imperios, hundirse tiranos, aclamar impostores, y a
las que todo ello les ha dejado un poso de escepticismo, de mordaz anticipación
sobre el advenedizo (Luis Racionero)
-Así como los primeros exploradores de América no sabían en
que momento recibirían un desmentido a sus expectativas o una confirmación de
semejanzas archisabidas, así también
podemos nosotros pasar sin darnos cuenta junto a fenómenos jamás vistos
porque nuestros ojos y nuestras mentes están acostumbrados a elegir
y catalogar sólo aquello que entra en las clasificaciones aceptadas. Tal vez se
nos abre todos los días un nuevo mundo y no lo vemos (Italo Calvino).
-Para algunos al menos, para los más viejos (los más viejos,
entonces, tenían 30 años), la certeza de que no hay nada que esperar de la acción política se había abierto
paso, brutal, al cabo de una década o más de militancia. Nadie transformaría un
mundo tan enfermo (Gabriel Halbiac).
Mezcle bien -en proporciones iguales- barro y bosta, y obtendrá un uruguayo; pero atención: por poco que se exceda en la bosta, le sale un argentino.
-No había censura ni leches. La censura de Pemán era su santa esposa. Hay escritores que tenemos la censura en casa, pero lo disimulamos clamando contra el sistema, cuando la verdad es que el sistema ni se ha ocupado de nosotros" F.Umbral. Los alucinados.
La cábala y sus símbolismo: Gershom Sholem: Que los
cabalistas consideran que Dios estaba a punto de destruir el mundo, espantado
por la maldad humana. No lo hace porque en cada generación hay 36 hombres
justos que salvan al mundo, en secreto, sin que nadie lo sepa, ni ellos mismos
que no se conocen entre sí. (Borges).
Pero, a propósito, la vida, en sí, ¿tiene lógica? Difícil
cuestión. Así, de pronto, tenderíamos a decir que no. La vida transcurre.
Sucede, es. En todo caso, somos nosotros quienes le damos una lógica,
formulándola en términos narrativos. Es decir, narrándola o narrándonosla.
Pero, incluso narrándonosla, quizá tampoco tuviera lógica si no diéramos un
sentido a los acontecimientos que la jalona gracias a las emociones que tales acontecimientos suscitan en
nosotros. Emociones sin las cuales, como ha explicado un gran científico, el
neurólogo estadounidense de origen portugués Antonio DAmasio la tan celebrada
lógica, el pensamiento racional, el Cogito
ergo sum de Descartes valdrían muy poco: procederíamos a ciegas en
nuestra implacable lógica, que se valdría del mismo mecanismo (y de la misma
lógica) tanto si tuviéramos que aplicarla para organizar nuestras vacaciones
como para planificar el exterminio de nuestra familia. (Antonio Tabuchi, El País, 21/02/03)
Entonces pienso otra vez en…,y, para no preguntarme qué ha sido de mí, me pregunto que habrá sido de ellos. (Javier Cercas)
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